Tonacatepeque posee una historia de
permanente deterioro medioambiental derivado de la falta de políticas
municipales y del desconocimiento que se tiene en dicha materia al no contar
con personal capacitado en el respectivo departamento de la comuna; esto lo
percibimos por la irresponsable explotación que se hace de forma indiscriminada
de la arena y piedra de los ríos, provocando riesgos a los pobladores aledaños
que al momento pueden ser poco perceptibles, pero que conllevan a futuro
enormes desgracias.
Las zonas de explotación de arena y piedra
más frecuentes en la actualidad son los ríos de los cantones el Tránsito,
Malacoff, La Fuente y El Rosario principalmente; el culpable de dicha
explotación es la misma comuna, quienes no reciben llamados de atención de las
organizaciones ambientales locales que se hacen del ojo pacho quizá debido a
que no han magnificado los riesgos futuros o los desconocen por ignorancia,
pero al final son cómplices de esta acción.

No puede dejarse de lado el crecimiento desequilibrado de los
asentamientos humanos, situación generada muchas veces por la pobreza,
provocando que varias familias construyan casas a la orilla de los ríos,
erosionando los pocos terrenos y las bordas, sin embargo muchas familias llegan
asesorados por personas de mala fe que solo buscan generar lástima y que se les
provea de tierras y viviendas en otras zonas, adquiriendo de forma fraudulenta
estas propiedades, cayendo los funcionarios públicos en la torpeza populista de
cederles legalmente los terrenos; la falta de políticas municipales y las
deficiencias en el control medioambiental, provocan alto deterioro de los
recursos naturales, situación que se agrava por la existencia de gobiernos
desordenados que en su ineficiente gestión provocan que haya economía en
decadencia en las arcas municipales, llegando al grado de dejar enormes deudas
como sucedió en Tonacatepeque hace 2 gestiones y no se sabe cómo va el gobierno
municipal actual, que fue dejado solvente financieramente gracias a la exitosa
gestión financiera durante los 3 años previos a esta gestión.
El continuar una gestión administrativa desordenada y sin
gente capaz, permitirá que siga la explotación de las cuencas, esto provocará
deslaves, caída de árboles, derrumbes, tierras inhábiles para el cultivo y a
futuro un territorio expuesto a amenazas de sequía, deslizamientos,
inundaciones y un nivel medio de amenaza sísmica.
Los gobiernos municipales deben dejar de trabajar en sus
propios intereses y en medidas cosméticas, en inventos de aumentar periodos de
fiesta, hacer nuevas celebraciones y derrochar dinero; en solo “tener contenta”
a la gente o a organizaciones de diversa índole, principalmente política; más
bien deberían implementar
un sistema político de planificación territorial, aunado a otras estrategias
que permitan elevar el nivel de vida de la población y reducir la pobreza
extrema, tales como la política de población, la política ambiental, la
política de descentralización y la política de reducción de la pobreza.
Estas políticas se promueven fomentado el desarrollo humano
tanto personal como social, no se realizan regalando puestos de trabajo a
diestra y siniestra sin planificación, sino cumpliendo las leyes, contratando
el recurso mínimo necesario y acorde a sus capacidades; mejorar los desnutridos
y pírricos salarios de los obreros y solo aumentar los salarios de las
jefaturas, concejo municipal y alcalde hasta que el del último recolector de basura haya
sido mejorado, ganarse las prestaciones concienzudamente y evitar
negociaciones, viajes o prebendas de forma oscura y poco transparente.
Se pide a los organismos ambientales locales que se
pronuncien en lo relativo a la explotación indiscriminada de arena y tierra,
que hagan ver los efectos que desde ya se tienen con las cuencas hidrográficas
e hidrológicas y que se garantice un proceso de cogestion de cuencas
considerando la adecuada planificación, manejo y gestión de las mismas,
realizando adecuados sistemas de control que garanticen una ciudad libre de
riesgos, garantizando a la población de la zona rural adecuadas tierras para
cultivo, accesibilidad en sus calles, eliminar el riesgo de deslaves y
derrumbes y organizar desde ya proyectos para mejorarles su calidad de vida.

Un gobierno municipal inteligente y responsable evita afectar
los ríos, la mejor manera de obtener piedra es comprarla de minas naturales en
donde la explotación es de elevaciones rocosas donde es labrada de diversas
maneras; de igual manera la arena puede ser explotada con ciertos limites ya
que al excederse provoca que los ríos se amplíen en cada invierno y vulnere las
comunidades vecinas, inundando, desbordando y llegando a futuro a necesitar
evacuar familias y poblaciones en riesgo.
Existe un enorme compromiso para las autoridades municipales,
mismo compromiso y quizás mayor para las instituciones medioambientales que
deben velar por que se garantice la vida silvestre, adecuadas cuencas, que no
se sigan perdiendo ríos y sus caudales, el evitar la contaminación y el abrir
los ojos a las autoridades que en su ignorancia creen que no causan ningún daño
con la explotación de piedra y arena que actualmente desarrollan sin control.
A veces los gobiernos municipales, al ser cuestionados,
dirigen una guerra para acallar las voces que les reclaman o se escudan en que sus
decisiones están basadas en la “participación ciudadana”; cuando deberían saber que
la participación ciudadana verdadera es la que se establece con personas de
diverso pensamiento político y no solo con grupos aliados a ellos y que la
garantía de un proyecto no depende solo de “buenas voluntades”, sino de
planificarlos tomando en cuenta la voz de expertos que analicen los efectos
positivos y negativos y que, al poner en una balanza lo planificado, valoren su
factibilidad y costo; si el costo a futuro es alto, estos deben detenerse.
Señores ambientalistas de Tonacatepeque, asuman su
responsabilidad y alcen su voz para que
nuestras autoridades detengan la explotación de arena y piedra de nuestros ríos:
protejan nuestra ciudad, los cultivos, las cuencas y el futuro de los
pobladores. La denuncia debe hacerse tal como la han hecho antes llamando a los
medios de comunicación y publicando comunicados diversos; demuestren su
imparcialidad y su sincero interés en el medioambiente, no se dejen comprar.