Desapariciones, un riesgo de jovenes

Las autoridades callan, el gobierno disimula, la población resiente, pero lo peor es que no denuncia; la cantidad de muertos ha disminuido, pero los desaparecidos son muchos y cada vez el número aumenta.

La situación es crítica a nivel nacional y no hay rincón del país que se salve, desde las zonas urbanas y hasta en las zonas rurales los jóvenes principalmente son los afectados, entre hombres y mujeres, se incluyen a personas mayores familiares de algunos de ellos, pero en su mayoría las edades oscilan entre adolecentes y adultos jóvenes.

Factores de riesgo para ser blanco de este mal no es en si solo estar ligado a pandillas, es también negarse a participar en sus fechorías; la susceptibilidad se incrementa en jóvenes que no son adecuadamente guiados por sus padres y que entre sus amistades conviven con personas ligadas al crimen, al robo, a la drogadicción, al consumo y venta de estupefacientes.

El mal aumenta y preocupa a los padres, pues principalmente en las escuelas públicas se da este fenómeno, aunque no escapan estudiantes de instituciones privadas que no se inmutan cuando un estudiante desaparece y dejan en las manos de los padres la denuncia, esta a veces llega a las autoridades, pero un mal peligroso en la población es el temor a denunciar, para no meterse en problemas, para no afectar a otros de la familia, para que otro no desaparezca; este temor es aprovechado por los delincuentes, quienes a la vez sobornan y solicitan cantidades onerosas de dinero, quienes se enriquecen del mal ajeno y no dan las garantías mínimas de que el desaparecido nuevamente regrese con la familia; dependiendo del tipo de problema con el desaparecido, de una vez informan a los familiares que no lo busque, que no informe a la policía, que nunca lo encontrará y que de seguir su búsqueda hasta pueden verse afectados por ellos.

Es importante que las autoridades educativas junto a los padres de familia busquen alternativas para prevenir este mal, que se hagan convenios con las autoridades de seguridad, la PNC e incluso la fuerza armada o grupos de investigación policial para tomar medidas preventivas de desaparición de mas jóvenes, es obligatorio que el gobierno haga algo y evite que mas familias sean afectadas, es importante una buena comunicación y guía familiar con los jóvenes para evitar que sean afectados, que se metan en problemas, que informen oportunamente, que no se dejen llevar.

El descontrol de los padres de familia sobre los hijos y a veces las medidas protectoras se vuelven peligrosas si no son las adecuadas, el libertinaje, el salir a altas horas de la noche, algunas fiestas no controladas, el uso de la telefonía móvil y del internet, más que un método de control por la familia es un método fácil de extorsión y detección de los jóvenes, quienes en muchas ocasiones no son responsables en el uso de estos equipos; la búsqueda de “saldo” permite que les sea dado por personas que luego les piden compensar dichos favores y los van incitando a la delincuencia o a complicidades con actos ilegales; la información inadecuada y el no saber escoger adecuadamente a los amigos es un fenómeno de alto riesgo.

Señor padre o madre de familia, exija que aquellos centros escolares que posean riesgo sean resguardados, principalmente a la hora de entrada y salida de los estudiantes, no se moleste si a su hijo o hija le prohíben llevar teléfono móvil a las clases, pues si su ruta es de la casa a la escuela y viceversa, no habría necesidad de ello; verifique las condiciones de seguridad de las aulas y si la escuela es cercana a zonas de reconocida existencia de delincuentes, que las medidas de seguridad sean mayores, controle a sus amistades, el uso del teléfono móvil y del internet, exija respeto, comunicación efectiva y buenas notas en sus estudios; no permita que su hijo deje la escuela, incite a buscar ser un profesional.

En Tonacatepeque la escuela de mas riesgo es la llamada Emilio Urrutia, el no poseer cercas adecuadas permite que pandilleros, principalmente de la zona de Los Naranjos, ingresen a las instalaciones o que los estudiantes se desplacen a dicha zona, esta escuela debe ser completamente cercada y con condiciones que impidan el paso desde y hacia la zona rural de la ciudad; en los otros centros deben buscarse mecanismos para detectar a los jóvenes que delinquen e informar a las autoridades; los padres deben tener mejor comunicación con los maestros y exigir medidas de disciplina y respeto en las aulas.

Los desaparecidos van en aumento, hagamos algo inmediatamente pues nuestras hijas e hijos están en alto riesgo, principalmente en las escuelas públicas; no nos dejemos intimidar y busquemos alianzas entre padres de familia, instituciones de seguridad pública y maestros.