viernes, 15 de octubre de 2010

El caso de los mineros chilenos, una lección para todos

El reciente suceso acaecido en Chile sobre el rescate de 33 mineros que debieron subsistir bajo tierra, sin luz, con poco aire y condiciones extremas, debe dejarnos muchos mensajes; uno de ellos es que todo es posible con unión, disciplina, valor para afrontar las cosas y mucho sacrificio y otro es que debemos aprender de los desastres y aprovechar los sucesos.

En nuestro país distamos mucho de encontrar este tipo de coraje, vemos en las calles trabajadores de la salud a quienes no les importa el bienestar de sus pacientes si de por medio está buscar un incentivo económico; vemos a las autoridades de salud escondiendo sus deficiencias y negándose a buscar soluciones a los problemas de las mayorías, a un presidente negando que falten medicamentos (por que en los hospitales donde el consulta si hay de todo) cuando la gente se va de las unidades de salud nacionales o del ISSS con las recetas en sus manos; por otra parte tenemos empresarios del transporte que después de inventar un paro obligado por las maras, hoy se preparan para una actividad en la que pretenden aumentar el pasaje de 20 a 50 centavos, lo que significa un aumento del 150%, pero no se esmeran en mejorar su flota vehicular ni la atención a los usuarios; siguen ganando un subsidio que no merecen y lo peor de todo es que hacen aumentos de pasaje enormes y a sus trabajadores no les aumentan salario, no tienen seguros, no los protegen de las maras, éstos mueren dejando a familias desamparadas y la respuesta del empresario es cerrar el caso y contratar a otro , lo cual es fácil ante la alta tasa de desempleo en el país.

Nuestros sindicatos están perdiendo el rumbo, defienden a malos trabajadores, no se esmeran en que los empleados mejoren la atención al cliente, seguiremos esperando que en instituciones del estado nos atiendan con una sonrisa, que la gente sea disponible, que el cliente sea el centro de su atención; los sindicalistas creen que ganan apoyo de la gente al cerrar las calles quemando llantas, al golpear a quienes pasan frente a sus concentraciones, al ser agresivos contra el que no los apoya.

Luego del rescate de los mineros, en Chile los trabajadores ganarán muchas cosas que antes debieron darse, mejores prestaciones, medidas de seguridad, mejores salarios, alimentación, seguros; lo que se debe aprender es que las mejores condiciones de los trabajadores no deben darse hasta que sucede un desastre, que se debe trabajar en el bienestar de las mayorías y no de unos pocos; que si hay medidas de austeridad los primeros en ser austeros deben ser los políticos, diputados, ministros, el mismo presidente; como antes se ha dicho, los salarios deberían estar adaptados al salario mínimo y los diputados deberían ganar una cantidad limitada y fija de salarios mínimos; si la ley estableciera esto, se les podría aumentar salario a los funcionarios del gobierno hasta que el salario mínimo aumente; si todos los salarios se midieran sobre la base del salario mínimo rural, por ejemplo, para que todos mejoren sus salarios primero deberá mejorarse el salario mínimo rural.

Hay muchas más enseñanzas de este suceso, dejamos a su imaginación las suyas, verá que siempre lo llevarán hacia un mensaje positivo; si usted es trabajador o estudiante, sea disciplinado, trate de hacer siempre las cosas bien, obedezca a sus superiores, sea solidario con los demás, enseñe al que no sabe; si usted es empresario, pague lo justo, genere buenas condiciones de trabajo, no explote a los demás, venda sus productos a precio razonable; si usted es sindicalista, trabaje por el bienestar de la empresa, de los buenos empleados, de los clientes y no defienda a malos trabajadores, acepte que se sancione al que lo merece, y que se despida al que deba despedirse, sea justo y propositivo; busquemos la justicia, seamos buenas personas y siempre tratemos de hacer lo mejor en cualquier actividad que se nos encargue.

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