lunes, 6 de junio de 2011

No nos dejemos cegar por el fanatismo

El fanatismo debe ser abandonado, la ceguera mental es una de las más graves fatalidades del humano, el ver solo lo que está frente a nuestros ojos, el criticar sin estar debidamente informados, el ofender solo por que los demás ofenden, el seguir lo malo por tradición, por seguir a un equipo cualquiera al que somos afines, el denigrar y tirar blasfemias y maldiciones al contrario solo por hacerlo, porque así nos sentimos bien, porque es parte de nuestra cultura, por que así somos los salvadoreños, porque así me han enseñado, porque nunca voy a cambiar; debemos visualizar que nuestras actitudes deben cambiar, debemos aprender a ver lo bueno que estamos haciendo y reconocer lo malo, debemos aceptar y reconocer lo bueno del contrario y estar seguros si las cosas que está haciendo son malas, debemos llegar al fondo de las cosas y no solo hablar de lo que es aparente.

Es duro saber que nuestra realidad es así, que somos agresivos, que no nos importa la verdad cuando está de por medio nuestro fanatismo, que dañamos, que agredimos, que no razonamos; nos creemos los mejores, gritamos, decimos que el oponente es lo peor, lo maldecimos, somos los héroes de la película, no hay como nosotros, que viva yo, que viva mi equipo, que muera el contrario, semejantes ¡#!%!@%, son de lo peor, nadie puede contra nosotros.

No pensamos que el tiempo nos puede abofetear la cara y mostrarnos que la realidad es distinta, que si no razonamos en lo que decimos podemos sufrir las consecuencias, que cuando al fin nos demos cuenta que estábamos errados será tarde, que a pesar de darnos cuenta de nuestros errores no nos disculpamos, las ofensas ya fueron hechas, ya destruimos, ya desmoralizamos, no podemos disculparnos, nos cuesta hacerlo, probablemente es porque somos débiles, somos cobardes, somos inconscientes.

Esto nos sucedió ayer en el partido contra México, los primeros minutos de la Selección Nacional fueron formidables, el equipo mexicano parecía ser otro y no aquel equipo de muchas copas, de casi todos los mundiales, aquel que en el ranking de la FIFA se encuentra a más de 100 puestos arriba que la de nosotros. La Selección nacional pudo haber marcado goles e ir en ventaja y los salvadoreños, en su mayoría, nos sentíamos ganadores, las redes sociales se inundaron de ofensas a los mexicanos, muchos los maldecían, decían que éramos mejores, p$t#s mexicanos de m%^%^, no pueden contra nosotros, aquí esta su tata, la Selecta es la mejor.

Solo fueron suficientes otros 20 minutos para hacernos caer en la realidad, fue una amarga derrota, los errores de siempre, la falta de experiencia, de fogueo, de apoyo y como alguien decía medio en broma y medio en serio, “culpa de los 20 años de gobiernos anteriores”.

Al finalizar el partido los medios sociales ya tenían pocos mensajes cuando antes abundaban, unos pocos decían “con la selecta hasta el final, pase lo que pase”, otros ofendían a nuestros dirigentes del fútbol y al gobierno actual, pero nadie se disculpó con los hermanos mexicanos de las ofensas y maldiciones hechas, nadie aceptó que son mejores, que son buen equipo, nadie les pidió disculpas, todos fuimos cobardes, nos olvidamos de cuando ofendemos y denigramos, creemos que no fue nada; muchos que escribieron múltiples mensajes se ocultaron, otros ofendían pero con seudónimos, fueron aun mas cobardes y viles.

Odiamos a los mexicanos solo por hacerlo, cuando su país apoya al nuestro en muchos ámbitos, los maldecimos cuando hay fútbol y no reconocemos que muchos de ellos protegen a nuestros compatriotas cuando migran hacia la poderosa ciudad del norte; nadie les agradece, nadie acepta lo bueno que ellos hacen y peor aún, a veces los medios de comunicación sirven de canal para aumentar el odio, permiten en sus páginas ofensas graves, difamaciones, no se apegan a la verdad, dejan que la mentira siga creciendo, no les interesa quien o quienes salgan afectados, cuando son los medios los que debieran mostrar la verdad, pruebas de lo bueno y de lo malo, investigar a fondo, exigir evidencias de lo que alguien publica para no caer en complicidad de lo falso.

Un problema grande es que nadie nos aclara lo que los mexicanos hacen por El Salvador, que estamos poco informados y es la falta de información la que nos hace a veces mantener el error en nuestras actitudes; algunos analizan e investigan, no se dejan llevar tan fácilmente; otros se mantienen al margen, no ven fútbol, no entienden que es lo que pasa; algunos ni siquiera están en nuestro país y son mal informados desde nuestras ciudades y envían mensajes ofensivos, se comportan como tontos útiles a causas sin sentido de personas o de un equipo en particular, como ignorantes; otros fanáticos que a pesar de tener pruebas de que los mexicanos son en mucho superiores nunca lo aceptan y nunca lo harán.

Debería ser una cultura de los medios de comunicación disculparse cuando cometieron errores una vez son esclarecidos los hechos, pero no se hace; se acusa a personas de ladrones, violadores, corruptos, ladrones y cuando se investiga y se demuestra que son inocentes, nadie aclara la situación, esa noticia no les interesa, no es amarillismo, no llama a mas lectores, nadie les comenta y por eso no se debe publicar. Debería sancionarse a aquel medio de comunicación que no aclare una noticia ni se disculpe con una persona a la que ha denigrado con las publicaciones o comentarios permitidos, pero eso no es parte de nuestra cultura, no somos serios y responsables.

Tuvimos un técnico mexicano muy bueno que se fue luego de no lograr un pacto de recontratación, el dijo que pedía mejores canchas y condiciones para los jugadores, otra parte dijo que él lo que quería era ganar más dinero, el técnico negó que fuera ese su interés; los seguidores del técnico enviaron mensajes a los medios pidiendo fuera recontratado, los adversarios lo ofendían y decían “pinche mexicano que se vaya a la m….”, otros quedaron al margen y el error de los medios fue que nunca publicaron el acta hecha en la reunión que sostuvieron ni evidencias de lo que acusaron ambas partes y cada quien vio las cosas o le creyó al que más le convenía según sus tendencias y fanatismos; ese técnico mexicano se comportó como todo un caballero y a pesar de las ofensas, de las difamaciones y de ser denigrado, no fue egoísta, y respondió llamando a jugadores salvadoreños a su equipo en Estados Unidos, lastimosamente la condición física no fue la adecuada y lo dejaron mal.

Está en la conciencia de cada uno de nosotros buscar la verdad y ser realistas ante lo que sucede a nuestro alrededor, hablar con evidencias, acusar responsablemente, no dejarnos llevar por fanatismos e ideologías, no ser seguidores de quienes solo desean aprovechar una coyuntura y buscan sus propios intereses; si luego de tener evidencias nos damos cuenta que las cosas se hacen mal, denunciemos ante quien corresponda; pero si nos damos cuenta que estamos errados, rectifiquemos y disculpémonos, no nos dejemos llevar por fanatismos.

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