domingo, 12 de febrero de 2012

Estamos Asegurando la Inseguridad

Nuestro país vive convulsionado por la delincuencia, mal que cada día aumenta y llena desde los hogares hasta las escuelas y no hay lugar donde nos sintamos seguros; esto se agrava por las diferentes políticas y la falta de criterios para ponerse de acuerdo desde el Presidente de la República, el partido en el poder, los diputados, los jueces, los ministros y hasta los padres de familia, que se niegan a que sus hijos sean revisados al entrar a los centros escolares aduciendo “violación de sus derechos”.

El Presidente de la República coloca militares en los organismos de seguridad, incluyendo la PNC que por Acuerdos de Paz no debe hacerse, dentro de su altanería y prepotencia y queriendo seguir demostrando que es él quien manda en el gobierno, hace las políticas antojadizas y transgrede hasta la Carta Magna, algo que el mismo criticó a gobiernos anteriores.

Los delincuentes son protegidos por los jueces, considerando dicho vacío legal en la Dirección de la PNC, habiendo un caso reciente de un juez que dejó libre a un capturado por el hecho de considerar ilegal la acción del nuevo director de la PNC por no ser su nombramiento acorde a los acuerdos antes mencionados, acto que de continuarse dejará libres hasta a asesinos y delincuentes peligrosos, lo cual es un alto riesgo para nuestra sociedad.

Las autoridades de seguridad pública, buscando proteger a los estudiantes, montan tremendos operativos y custodias en los centros escolares, registran a los estudiantes incluyendo señoritas; el Ministro de Educación ve la medida como ilegal por ser mujeres las registradas y por su parte las madres de familia manifiestan que se violan los derechos a sus hijos, pero son las primeras en echarles la responsabilidad a las autoridades cuando hay estudiantes asesinados; al ministro y a los padres de familia se les olvida o se hacen los ignorantes de que los delincuentes utilizan a los menores de edad o a las señoritas para introducir objetos ilegales a las escuelas, mientras los maestros tienen temor de decomisar teléfonos móviles que son los medios de comunicación y de operatividad de maniobras ilegales desde el interior de las escuelas por parte de diversas estructuras criminales.

La custodia de los centros escolares no es suficiente para detener a los delincuentes, a veces ya tienen armas al interior de los mismos, las introducen por los medios antes mencionados o se burlan de las autoridades al ingresar y salir por lugares descubiertos luego de hacer disparos en el interior de las escuelas, tal como recientemente sucedió en Apopa, donde ninguna captura fue realizada luego de un delito en una escuela vigilada en su parte frontal, pero descuidada en su parte postrera.

La PNC busca hacer conciencia en los estudiantes llevándolos en visitas a las cárceles para que se den cuenta de las condiciones de mareros, delincuentes comunes y asesinos capturados, para que conozcan la realidad de las cárceles y lo que les espera de unirse a estos grupos delincuenciales, el Ministro de Educación manifiesta que esta acción es ilegal y no ve la medida como preventiva sino como represiva; al final nadie se pone de acuerdo en cuanto a detener la incorporación de nuevos jóvenes en las pandillas se refiere; parte de la población pide medidas represivas, pero se echan atrás cuando son sus hijos quienes delinquen; la falta de prevención se da desde las familias y son muchos los padres que conocen de que sus hijos son pandilleros y se hacen del ojo pacho ante los delitos por ellos cometidos.

Los partidos políticos solo buscan su conveniencia y se echan la culpa unos a otros por la cantidad de asesinatos, los que ya gobernaron dicen que ellos pueden mejorar las cosas y piden que se vote por mas diputados de ellos, cuando es sabido que este flagelo no lo pudieron  terminar con medidas represivas como las manos dura y súper dura, los de otros partidos hablan de mejores tiempos cuando ellos gobernaron, otros ofrecen la pena de muerte pues saben que mucha gente en su desesperación la han solicitado y quieren ganar dichos votos; pero en la Asamblea no se ponen de acuerdo para legislar y solo buscan entre ellos culparse de los males y de beneficiarse ganando votos a costa del sufrimiento del pueblo.

El combate a la delincuencia exige medidas diferentes, desde el cambio de leyes, la depuración de jueces, el cumplimiento de leyes desde las partes ejecutiva, legislativa y judicial; el evitar la violencia en todas partes, principalmente entre los políticos que son quienes deben dar el ejemplo, trabajar desde los hogares, medidas diferentes en las escuelas donde no se debe permitir el ingreso de teléfonos móviles, registrar bolsos, ropa y objetos que puedan llevar incluso las señoritas, ser mas acuciosos en los registros y en cuanto a medidas disciplinarias, abrir escuelas solo para estudiantes reportados en los diferentes centros como problemáticos o de riesgo, implementar procesos de ayuda psicológica, orientación moral, religiosa de cualquier denominaciones respetando sus creencias, de buscar la causa de los problemas y buscar junto a las autoridades educativas y el gobierno las formas de solucionarlos; en las familias ser más responsables para con los hijos, asumir la responsabilidad en cuanto a su orientación, reprender, aconsejar y acompañar a actividades educativas, religiosas, morales, deportivas y de sano esparcimiento, saber a dónde están sus hijos, de quienes se acompañan, en que gastan su tiempo y dinero, como utilizan los celulares y el internet, como van en sus notas, como aprovechan su tiempo.

Deje de echarle la responsabilidad solo al gobierno y a las autoridades y asuma el problema de la delincuencia como algo que viene desde el hogar y la mala orientación que como padres muchas veces damos a los hijos, no se trata solo de dar “lo necesario”, sino de enseñar a ser responsable, no se trata solo de dar dinero sino en mostrar cómo ganarlo responsablemente y cuidarlo; no orientar en como defenderse sino en respetar a los demás; orientar en la fe, en la moral, en la espiritualidad, en respeto, en derechos, en vocación, en trabajo y en responsabilidad social.

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