Las noticias recientes han impactado a la población salvadoreña al especularse sobre una negociación gobierno – pandillas para evitar violencia durante las pasadas elecciones, sobre un supuesto convenio de dar beneficios a lideres de las mismas al trasladarlos a cárceles de menor seguridad y con ello asegurar que estos acuerden entre ellos disminuir los homicidios; la prensa digital y escrita da a entender que este pacto es malicioso y que no trae nada bueno de por medio, la población deja entrever su enojo manifestando en comentarios en las redes sociales, en los periódicos digitales y por medios televisivos de que tal pacto es una aberración, que no se debe negociar con criminales, que los asesinos deben sufrir dela misma manera en que han matado y que la población exige justicia; los lideres de pandillas por su parte publican comunicados donde manifiestan estar de acuerdo en que deben ser juzgados, que no piden que les perdonen sus faltas, que deben ser juzgados pero que piden ser tratados respetando sus derechos; la población responde que ellos no tienen derechos; los medios de comunicación, lideres políticos y hasta religiosos salen en diversos medios juzgando al gobierno, exigiendo que de la cara el Presidente de la República, que es necesario aclarar esta situación, que esto no llevará a nada bueno y que es necesario rectificar y exigen se de un trato diferente a los pandilleros, siendo poco las famosas manos dura y superdura de gobiernos anteriores, se fomenta el odio, se pide castigos severos, se genera desconfianza, se tiene miedo; el Presidente salió con voz ronca por una supuesta enfermedad manifestando que no negocian con criminales, pero que apoyan la acción de los religiosos y el ministro; en fin, aun queda incertidumbre.
Recordamos tiempo atrás a aquel sacerdote de origen español que al hablar de necesidad de negociar con las maras fue criticado y satanizado en los diversos medios, el mismo gobierno lo expulsó de una comisión humanitaria, la prensa nos hizo ver que era un mal sacerdote, que estaba al lado del enemigo, que era un marero y nos dejamos llevar por la prensa escrita y digital y hasta pedimos en esa oportunidad que fuera extraditado, que lo echaran del país con todo y mareros, que lo metieran preso en medio de las maras.
La noticia comenzó esta vez de forma diferente cuando un periódico digital habló de negociaciones con el gobierno, las autoridades no sabían explicar lo sucedido y se generaba incertidumbre, los periódicos aprovechaban para ser mas amarillistas, la población se molestaba y posteriormente se supo de negociaciones de un obispo de la iglesia católica como mediador en un pacto no con el gobierno, sino entre las pandillas más peligrosas del país; los medios de comunicación le han dado mayor realce a la situación y día con día se hacen entrevistas solo sobre este tópico, el sacerdote hace análisis desde el punto de vista bíblico, los políticos desde el punto de vista de su partido, otros analistas dizque imparciales tratan de ser cautos, algunos dicen que es necesario negociar con pandilleros pero es peligroso, otros dicen que no se puede confiar, los periodistas en forma irónica preguntan al sacerdote si cree que su Dios hará un milagro, la fe es cuestionada, la división se aumenta y hasta algunas iglesias de diversa tendencia aprovechan de esta situación para tratar de ganar feligreses.
La población salvadoreña está dividida en las diversas religiones y nadie puede negar que en cada una de las iglesias se han hecho marchas, oraciones, cultos, cruzadas evangelistas y otras actividades denominadas de diversa manera para pedir por la paz, por que disminuya la violencia, por que no hayan homicidios, por que los pandilleros se conviertan; muchas iglesias visitan a pandilleros y una vez son incorporados a las iglesias son utilizados como ejemplo de conversión, como ejemplo para evitar las pandillas, para convencer a otros pandilleros de la necesidad de cambiar y hasta llegan a las cárceles a hacer oraciones, cultos, misas y otras actividades para cambiar los corazones de ellos; pero esa misma población que ha hecho marchas, oraciones, misas y cultos o como se llame, hoy piden que se castigue a los pandilleros, que no se negocie con ellos, no creen que se puedan convertir, no quieren que se negocie, exigen castigo y no perdón; tal parece que las oraciones fueron mentira, que la asistencia a marchas y diversos eventos fue por gusto, por darse a conocer fue solamente un show, algo hecho sin un sentimiento real, sin fe, sin el corazón.
Debemos preguntarnos a quienes beneficia un pacto con las pandillas o a quienes afecta que la violencia disminuya y la razón se la damos a aquel mismo sacerdote español que fue escupido por los salvadoreños cuando habló de hacer una negociación como la actual, no conviene a quienes negocian con la violencia, a quienes venden armas, a quienes negocian con droga, a quienes tienen empresas de seguridad, a los que se negaron a pagar impuesto para la seguridad que el gobierno insistió en aplicar; la violencia se hizo negocio para unos pocos que siguen engordando sus bolsillos sin importarles los costos que esto trae a la sociedad y es esa parte de beneficiados quienes nos bombardearan momento a momento de que esta negociación debe terminarse para seguirnos vendiendo armas, cuerpos de seguridad en las colonias y otras cosas.
Estos mismos poderosos nos bombardean actualmente hablando de que debe invertirse el dinero ahorrado por los trabajadores para las pensiones, el gobierno quiere bajar la cuota que se paga al empresario, pero ellos quieren que se modifique la ley y se les permita invertir nuestro dinero para sus intereses, se sabe que las ganancias por dichas inversiones son de cientos de millones de dólares, dinero que nunca llega a las cuentas individuales, a las que se les amortiza un pequeño interés que no sirve para una jubilación digna; pregúntele a un familiar, vecino o amigo que recientemente se haya jubilado y que le cuente como deberá hacer para subsistir en este país en donde los poderosos se aprovechan de la ignorancia de las mayorías, pues a pesar de todas las privatizaciones hechas en los 20 años de gobiernos de derecha se vislumbra que retornamos al mismo camino, bajo riesgo de mas privatizaciones, entre ellas la salud y la educación.
Mucha gente en esta semana santa no podrá disfrutar como antes y si salen de paseo será haciendo un gran esfuerzo y quedando con deudas, es tiempo de reflexión no solo de cómo nos comportamos, de quienes son nuestros líderes, de si seguimos un camino correcto; es tiempo de analizar el pasado y mirar el presente con todos sus riesgos y bajo las experiencias pasadas y presentes valorar el futuro de nuestras familias, de nuestros hijos y futuras generaciones; no se deje engañar tan fácilmente, los medios de comunicación masiva tocaran su mente a cada momento, no se quede solo con esa información, infórmese adecuadamente y siga el camino correcto, reflexiones y corrija, aun no es tarde; piense a quien le beneficia que la violencia cese y que el dinero de su ahorro para pensiones se invierta más.
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