Revisando la Ley de Ética Gubernamental salvadoreña es bueno preguntarse por qué no se sanciona de hecho a quienes usando recursos de los impuestos de la gente se hacen propaganda a ellos o a sus partidos políticos y en esta queja no se escapa ninguno de los partidos políticos en El Salvador, principalmente en las municipalidades, estas acciones hacen que cada vez que haya cambio de autoridades y de sus respectivos partidos al frente de una comuna, se gaste de forma innecesaria por la falta de aplicación de las leyes o de regulación al ejercicio de los funcionarios del estado.
Hay alcaldes y partidos que colocan sus nombres y colores en vehículos, carteles de obras, obras realizadas, placas conmemorativas, etc. y muchas veces es válido que se coloquen placas para saber la antigüedad de diferentes obras, como por ejemplo una estatua, un parque o diversas estructuras en donde probablemente no sea malo colocar el nombre de quien en ese momento ocupa la silla edilicia; sin embargo, en los muebles e inmuebles propiedad de la municipalidad, esta medida debe evitarse.
Todas las alcaldías apenas toman el poder cambian el color de los vehículos, que no son de su partido sino de la comunidad que paga los impuestos, estos son adornados con los colores del partido que los llevó al poder y estos van tomando diversos matices, principalmente rojos, tricolores y en estas fechas que abunda lo anaranjado; otros alcaldes abusan y en el caso de hasta vehículos donados, por ejemplo los buses donados por España han sido coloreados según el partido gobernante en cada comuna beneficiada y en algunos casos hasta llevan el nombre del alcalde, quien en este caso abusa de un bien al servicio del pueblo y donado por otro país que no busca congraciarse con ningún partido político.
Sería prudente entonces que el gobierno a través del Presidente y mejor aun a través de la Asamblea Legislativa, dicte una Ley que rija estos casos y considerar los vehículos, obras, edificios y otros bienes de la comunidad como bienes del municipio y comenzar a estandarizar los colores, tal como se hace con las escuelas; debe haber color de vehículos estándar y evitar ponerle logos, excepto los propios de cada comuna, como por ejemplo su escudo y el nombre del municipio, esto evitará que cada tres años tenga que gastarse en pintura automotriz, sabiendo que por cada vehículo se gasta como mínimo 2 mil dólares; por otra parte, debe prohibirse colocar en anuncios, vehículos y otros el nombre del alcalde, pues si las obras son realizadas con el dinero de los contribuyentes, estas deben llevar solo el nombre del municipio; en caso de obras que deban llevar nombres y fechas, importante que al cambiar el gobierno municipal respete dichas placas, que deben quedar para la historia; sin embargo no las hace solo el alcalde, por lo que deberían llevar mejor el lema “Concejo Municipal 2009 – 2012”, por ejemplo; pues en la historia de cada municipio se puede saber en ese periodo quien fue el alcalde.
La Ley de Ética gubernamental de hecho prohíbe estas actitudes, sin embargo es mejor hacer una legislación reguladora para evitar gastos innecesarios en los concejos municipales que, sumando los 262 municipios, lleva a una pérdida de millones de dólares en asuntos que para los contribuyentes no tienen ninguna importancia.
Hay alcaldes y partidos que colocan sus nombres y colores en vehículos, carteles de obras, obras realizadas, placas conmemorativas, etc. y muchas veces es válido que se coloquen placas para saber la antigüedad de diferentes obras, como por ejemplo una estatua, un parque o diversas estructuras en donde probablemente no sea malo colocar el nombre de quien en ese momento ocupa la silla edilicia; sin embargo, en los muebles e inmuebles propiedad de la municipalidad, esta medida debe evitarse.
Todas las alcaldías apenas toman el poder cambian el color de los vehículos, que no son de su partido sino de la comunidad que paga los impuestos, estos son adornados con los colores del partido que los llevó al poder y estos van tomando diversos matices, principalmente rojos, tricolores y en estas fechas que abunda lo anaranjado; otros alcaldes abusan y en el caso de hasta vehículos donados, por ejemplo los buses donados por España han sido coloreados según el partido gobernante en cada comuna beneficiada y en algunos casos hasta llevan el nombre del alcalde, quien en este caso abusa de un bien al servicio del pueblo y donado por otro país que no busca congraciarse con ningún partido político.
Sería prudente entonces que el gobierno a través del Presidente y mejor aun a través de la Asamblea Legislativa, dicte una Ley que rija estos casos y considerar los vehículos, obras, edificios y otros bienes de la comunidad como bienes del municipio y comenzar a estandarizar los colores, tal como se hace con las escuelas; debe haber color de vehículos estándar y evitar ponerle logos, excepto los propios de cada comuna, como por ejemplo su escudo y el nombre del municipio, esto evitará que cada tres años tenga que gastarse en pintura automotriz, sabiendo que por cada vehículo se gasta como mínimo 2 mil dólares; por otra parte, debe prohibirse colocar en anuncios, vehículos y otros el nombre del alcalde, pues si las obras son realizadas con el dinero de los contribuyentes, estas deben llevar solo el nombre del municipio; en caso de obras que deban llevar nombres y fechas, importante que al cambiar el gobierno municipal respete dichas placas, que deben quedar para la historia; sin embargo no las hace solo el alcalde, por lo que deberían llevar mejor el lema “Concejo Municipal 2009 – 2012”, por ejemplo; pues en la historia de cada municipio se puede saber en ese periodo quien fue el alcalde.
La Ley de Ética gubernamental de hecho prohíbe estas actitudes, sin embargo es mejor hacer una legislación reguladora para evitar gastos innecesarios en los concejos municipales que, sumando los 262 municipios, lleva a una pérdida de millones de dólares en asuntos que para los contribuyentes no tienen ninguna importancia.
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