Las elecciones presidenciales de 2004 fueron la clave para demostrar la calidad de funcionarios que nuestro país tiene en el Tribunal Supremo Electoral (en ese entonces dirigido por Walter Araujo) y en la Asamblea Legislativa, estructuras derivadas de los partidos políticos que siempre han sido duramente cuestionadas por la población y que se ven amenazadas con los cambios electorales que exigen fotos de candidatos en las papeletas, nuevas formas de competir sin afiliación política o el crear una Ley de Partidos Políticos; razón por la que bloquean estas propuestas.
El Código Electoral expresa que un partido político que no obtenga un 3% de votos en una elección, si compite solo, o la suma de dicho porcentaje por el número de partidos si van en coalición, debe desaparecer; y ante los resultados obtenidos en esa fecha de 2.71% por el PCN y de 3.9% por la Coalición PDC – CDU (que debían alcanzar un 6%), obligaba por Ley a que el TSE cancelara a dichos partidos politicos.
Algo que no se menciona actualmente, es que el Código Electoral, en su artículo 157, dice que el TSE no debe reinscribir con el mismo nombre, colores, siglas o emblemas a partidos políticos cancelados, al menos que se inscriban luego de haber esperado por un año después de dicha cancelación; esto fue tomado en cuenta por el CDU que consiguió las firmas necesarias y pasó a ser CD (Cambio Democrático).
En esas fechas fue Walter Araujo el que decidió no cancelar a los partidos PCN y PDC, aduciendo que no habría pluralidad política en el país y que eso atentaría contra la democracia, cuando en realidad en este país es fácil engañar personas para conseguir firmas y utilizarlas para hacer nuevos partidos politicos y por lo tanto se podrían formar otros que eliminarían ese argumento; posteriormente, en 2005, se unieron con ARENA en la Asamblea Legislativa los partidos PDC y PCN (que por Ley no deberían existir) y crearon un Decreto (586) con el que, violando todas las leyes, mantenían con vida a los 3 partidos afectados por la Ley del Código Electoral, algo que debe mencionarse es la honorabilidad del CDU que no se acogió al mismo, sabiendo que era ilegal. Esto explica por qué en las pasadas elecciones presidenciales, estos mismos partidos, agradeciendo el favor, decidieron unirse al partido ARENA para tratar de ganar las elecciones al FMLN, que veían mucho mas fuerte.
Recientemente la Corte Suprema de Justicia, hizo una interpretación jurídica a ese decreto y a una opinión por ellos vertida en ese mismo año y dictamina que es ilegal mantener con vida a estos partidos y que deben ser cancelados; estos buscan mecanismos de revertir el dictamen, trataron de hacer otra reforma de Ley que no les fue permitida y hoy pretenden, al menos el PCN, reinscribirse argumentando la facilidad con la que pueden conseguir 3,000 firmas; sin embargo persisten en su idea de mantener el mismo nombre, logo, colores y hacer acuerdos políticos con sus famosas corruptas manitas, para lo cual buscan aliados políticos y diversas artimañas.
La población debe estar bien informada y saber que esto también es ilegal, si quieren inscribirse con las firmas necesarias en estos momentos deben hacerlo con otro nombre, colores y logos tal como hizo el CDU y si desean mantener su bandera, nombre, colores y siglas, deben primero hacerlos desaparecer y esperar un año para reinscribirse, lo cual automáticamente los elimina de las elecciones para diputados y alcaldes de 2012; por lo tanto sus candidatos elegidos, como es de esperarse, deberán unirse a partidos como ARENA o GANA en todas las ciudades de El Salvador o buscar mecanismos para unirse a nuevos partidos políticos que salgan, según sus tendencias o intereses particulares.
Esperemos los resultados de este proceso y si al final estos partidos salen beneficiados de poder utilizar su mismo nombre, estemos pendientes de quienes los apoyan y no votemos por esos partidos o personas que demuestren que siempre estarán sobre las Leyes, que no les importa violarlas y que se siguen burlando del pueblo.
Debemos estar bien informados y no dejarnos llevar por políticos y politiqueros, que solo buscan beneficiarse de la gente para conseguir sus fines, que solo en periodos de campaña política se acuerdan de apoyar proyectos, asistir a eventos diversos incluso de tipo religioso de cualquier denominación y que utilizan toda herramienta posible por darse a conocer como héroes y hacer quedar a sus oponentes políticos como villanos con difamaciones y cualquier artimaña posible; no permitamos que nos utilicen y se burlen de nosotros teniéndonos poco o mal informados.
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