En un reino cercano, tiempo atrás…

Había un reino muy cercano donde un nuevo rey hace poco había llegado, la gente se desconcertaba por la forma rara como este se comportaba, pues a veces pareciera ser el bufón del castillo; sus vestimentas eran, en algunos eventos, de 3 colores, tenia una mesa no redonda, sino rectangular, donde hacía sesiones con sus aliados cortesanos, entre ellos un par de damas y unos señores que, en realidad, para nada eran caballeros, pues ninguno andaba a caballo; cada uno tenia diversas características, pero solo algunos sobresalían, se dice que había pleitos entre ellos, por el poder, por tener mayor afinidad con el rey o por quien podía ganar más dinero en los diversos acuerdos y negociaciones del reino.

Entre los cortesanos mas conocidos estaban las 2 damas, reconocidas por ser pedagogas, entre ellas dicen que una se destacaba por enseñar de más y la otra por ser muy callada, de lo cual el resto trataba de aprovecharse; entre los hombres estaban varios aristócratas, entre ellos un dandi conocido popularmente como “túnica”, varios juristas que ni entre todos juntos hacían valer las leyes, un artista que en realidad no era tan protagonista, este merito se lo ganaba el apodado “túnica”; este artista era reconocido por su adicción al juego y por ser bohemio; había más miembros que no tenían mucho protagonismo ni trascendencia, su gran importancia era que dieran sus votos para aprobar lo que al rey le beneficiara; estos junto al rey habían acordado realizar diversas juntas, sesiones pagadas con el dinero del pueblo en la cual la remuneración era buena, aparte que era oportunidad para deleite de diversos platillos preparados por aliados a la bandera del rey; luego de iniciar con desorden su labor, decidieron comenzar sus juntas y discutir lo que más les interesa.

Entre los pobladores había aliados al rey, quienes lo apoyaban y le celebraban cuanta locura inventaba, se hacían los ciegos y sordos, de nada se quejaban, muchos lo buscaban por oportunidad de trabajar bajo su mando; pero había algo que molestaba al rey y a los miembros de su junta, eran las publicaciones en los archivos del medio llamado “oficial del reino”, pero que nada tenia que ver con ellos, había otros archivos con diversos pergaminos, que decían las verdades al rey, algo que a este molestaba y por ello los atacaba; había archivos más poderosos de uso de la mayoría de pobladores, estos eran llamados redes medievales, el rey se quejaba más de aquel libro con diversas caras en donde los pobladores le criticaban, el rey trataba de quedar bien con la población, estos le recordaban que sus obras eran heredadas del rey anterior y que no eran fruto de su trabajo; esta y otras cuestiones eran temas de conversación; pero había algo mas importante, las criticas de personas consideradas aliadas al reino, entre ellas las de un vasallo conocido como “el desmelenado”, este estaba molesto con el reino, tanto que en un pergamino bautizara al “túnica” como el regidor “sabelotodo”; el desmelenado era alguien que antes los felicitaba y apoyaba, pero que hoy gritaba en las plazas y enviaba pergaminos al archivo oficial en donde atacaba al rey y su junta, esto y más eran motivos de conversación y debía ser analizado a fondo en las sesiones de su junta o clan.

 Se abre la sesión, el rey dijo:

• Hay que traer comida, ver cuanto ganamos en monedas de oro con los últimos negocios realizados y como salir, al menos en apariencia, del atolladero en que actualmente el reino se encuentra, pero primero lo más importante, hablarle a aquella familia que nos traiga el banquete, no hay nada que celebrar, pero siempre hay que comer y beber.

La agenda no existía, pero de algo había que hablar, lo importante era ocupar ese tiempo, aunque sea para nada y ganarse el dinero pactado por sesión; una de las pedagogas, la que más enseñaba, dijo:

• Podemos comentar los mensajes enviados en los que atacan al rey y al clan

El llamado “túnica” dijo:

• Lo peor es que todo lo que dicen es cierto, el problema es que el Rey es un bocón y como él mismo dice, “cuando se emociona” solo habla disparates y se compromete en lo que no se puede hacer; en las plazas se habla del discurso donde prometió dar cuentas a finales de mayo y no se pudo cumplir y muchos se han dado cuenta de lo dicho que no se ha hecho; por otra parte hay gente peligrosa para nuestros intereses, no habría problema si son del enemigo, pero es duro cuando es uno de los nuestros, entre ellos hay un vasallo al que le dicen “el desmelenado” que cuando habla, hasta le aumenta, pues hace sus comentarios resentidos y hace conjeturas que, al menos por este nuevo reino, no están fuera de la realidad.

Uno de los juristas dijo:

• Hay que aceptar lo que escribió aquel vasallo desmelenado, que gastamos mucho en los actos, que el “túnica”, llamado por este “regidor sabelotodo”, se aprovecha de los plebeyos en horas sociales para que le sirvan al reino, que no se les paga pero que en las cuentas aparecen registro de recibos entregados, que somos desordenados, que necesitamos que nos guíen, que no sabemos nada y que no hallamos que hacer; por lo tanto, ante todo eso, debemos hacer algo para que no haya manera que la gente diga que somos incapaces… hay que callar al que critica!!!

Se debe aceptar que es duro cuando te critica alguien del mismo pensamiento, de la misma bandera, y aunque salieron muchas propuestas de cómo callar al susodicho desmelenado, alguien dijo

• … que suerte tiene que en estos tiempos no se calla a las personas como en los tiempos de aquel rey mayor que fundó nuestro clan!, así que hay que buscar otra estrategia; lo mejor es revisar lo que publicó y de esa manera responder.

 Un aristócrata proveniente de allá por donde se encuentra una fuente dijo:

• En la nota que este vasallo hizo en el prestigioso archivo oficial del reino, dice que cuando escuchó el discurso del rey, el andaba estaba enfermo…

De repente una de las pedagogas, cerveza en mano corrige:

• Estais equivocado, esa es la critica al reino anterior, leamos aquella en la que nos tiró a nosotros; tenemos una copia!!

Poco a poco se hizo la lectura, en ella se denotaba que el vasallo desmelenado mostraba su rencor, resentimiento, frustración, agonía, deseos de llanto, sensación de vacío espiritual en su texto y sentimientos de minusvalía. Se seguía analizando el contexto y se recordaron que la primera vez que el desmelenado comenzó a atacar al rey fue con lo de la piedra recogida al hacer los laderos del templo, pero como buen aliado a su bandera  de tres colores no hizo una publicación en pergamino del archivo oficial, sino que lo anotó en un comentario al pie de otro pergamino, donde decía lo que les había aconsejado como nuevo reino, que sabia las horas de reuniones, que le pospusieron su discurso para otro día, que su idea de cómo hacer los actos era perfecta y no la tomaron en cuenta; por otra parte en su texto criticaba la forma de hablar del rey, decía que ni siquiera leer discursos puede, se atrevió a criticar el baile de los invitados de la corte, llamándoles “burgueses entre el proletariado”.  

Hay que callarlo inmediatamente!!!, gritó el Rey, quien tiene fama de gritón, de exaltado, de que al enfurecerse enloquece y arremete contra cualquiera, hasta con las cortesanas en las propias sesiones de junta; el resto al unísono dijeron cúmplase!!. Dicen que nadie se atreve a contradecir al rey, si lo hacen hay riesgo de ser desterrado del reino y todo deben hacerlo a su manera, si hacen lo contrario debe ser con engaños o con estrategias. Uno de los miembros del clan, el “túnica” dijo:

• A este desmelenado hay que callarlo sin dejar rastro, hay que garantizar que nada nuevo se publique, que nadie critique, que ni sus familiares digan nada…

Hubo varias alternativas, pero la definitiva debía ser ejemplar. El regidor sabelotodo tuvo la mejor idea, la mejor estrategia para callarlo…

• Démosle atol con el dedo dijo!

Una de las cortesanas y algunos regidores comenzaron a hacer cuentas y a pensar de cual atol hacer, a quien comprárselo, cuanto se puede ganar con este negocio, con quien sale mejor hacerlo para sacar más dividendos, hasta que el regidor sabelotodo, el “túnica”, alzando la voz dijo:

• No seáis bobos, hablo en sentido figurado, se trata de engañarlo, de hacerle creer que lo tomamos en cuenta, de dejarlo hacer algunas cosas… Se sabe que el vasallo llamado “el desmelenado” tiene dotes de artista, de poeta, de escritor, de consejero y todas esas virtudes deben ser explotadas, para que se sienta alegre, para que deje de criticar, para que deje hacer y comience a callar.

Cada cortesano daba sus opiniones, poco a poco se fueron poniendo de acuerdo y vieron que la idea era perfecta, que nada podía ser mejor y decidieron llamar al desmelenado, le dijeron que sus propuestas eran importantes, que podía dirigir actos, que hasta seria el miembro honorario que usaría el rey como maestro de ceremonias en las plazas y actos, que caminaría junto al rey en desfiles y diversos actos.

El desmelenado, alegre, aceptó la propuesta inmediatamente y comenzó a trabajar de la mano del rey y sus cortesanos; desde entonces, el regidor sabelotodo, el “túnica”, trabaja por otro lado haciendo sus negocios sin nadie que lo moleste, se encarga principalmente de eventos y contrataciones;  otros miembros de la junta hacen sus pactos generando buenos ingresos sin que el desmelenado diga nada, a éste lo tienen inmerso haciendo poesía, hablando en público, es el encargado de decir que todo lo que hace el rey es excelente, que “van por buen camino”, que es la mejor alternativa, que el futuro es prometedor; cuando hay desfiles y actos se le ve alegre caminando cerca del rey, pareciera la novia recién conquistada, la que tiene ojos solo para él, la que no le ve defectos, aunque sean visibles a lo ojos de los demás.

Desde entonces en el reino, o al menos al interior del castillo, los negocios se hacen por doquier sin que nadie de sus mismos aliados los critique; solo de esta manera, engañando al desmelenado, el rey, los cortesanos, cortesanas y regidores son felices, mientras el desmelenado, creyendo ser parte importante para el rey y su junta, vive muy alegre en su mundo de fantasía…