Hemos visto de forma impotente como nuestros hermanos mueren soterrados, como muchas familias pierden sus casas, como muchos niños aguantan frio en albergues improvisados, como el ambiente cada vez está más en nuestra contra, cuando a nivel mundial la globalización llevó al calentamiento global y nos lleva derecho a la perdición.
Muchos se desgarran las vestiduras hablando de medio ambiente y de las actividades que no hacen o hacen mal los gobiernos cuando están en contra del partido en el poder, pero se callan cuando es su partido afín el que destruye el medio ambiente; hoy tenemos que pagar por los descuidos de la tala acelerada de arboles, por la construcción desordenada, por la construcción de carreteras, por “el desarrollo” que nadie puede ni debe detener; los miles de árboles derribados nos cuestan millones de dólares, un solo árbol derribado nos está cobrando varias vidas, hoy la naturaleza nos enseña que nunca debimos jugar contra ella, que debimos protegerla, que debimos asegurar el futuro.
Si analizamos los gastos en salud por la contaminación del aire, del agua, de la tierra, por las erosiones, por la pérdida de muchas especies entre flora y fauna, sucede que los humanos salimos perdiendo; las enfermedades de la piel, respiratorias, gastrointestinales y los cánceres según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud están aumentando, las muertes por enfermedades crónicas se suman en forma exponencial, la calidad de vida se ha perdido, cada vez morimos mas jóvenes o quedamos con enfermedades que dejan graves secuelas y por lo tanto los gastos que los gobiernos deben hacer son cada vez mayores, aumentan las epidemias y los desastres.
Nunca dijimos nada por la tala de miles de árboles para construir la famosa carretera Diego de Holguín, que no terminaron y por la cual se hizo un préstamo millonario, hoy se tuvo que hacer otro préstamo millonario pues costará más del doble de lo que al principio calcularon por la corrupción, por los robos y por sinvergüenzadas por las que al final nadie quedará preso, por que no son gente pobre la que ha robado; nunca dijimos nada por las construcciones de viviendas que hoy caen por estar hechas sobre rellenos o cárcavas y por que dañaron más los ya deteriorados terrenos y horadaron colocando tuberías donde nunca debieron escarbar; nunca nos quejamos porque al construir se perdieron ríos y quebradas, porque solo pensaron en hacer negocio, en ganar dinero, en satisfacer sus bolsillos; hoy queremos echarle la culpa al gobierno, cuando los verdaderos culpables gozan en sus mansiones que antes de entrar a los anteriores gobiernos no poseían, lo malo es que nadie denuncia y lo que sí debemos echarle la culpa al actual gobierno es si no investiga, si no denuncia a los culpables, si al Presidente al final sí le tiembla la mano contra los corruptos o simplemente no le tiembla porque ni siquiera trata de usarla.
La lección no la hemos aprendido y nos tocará sufrir aún mas, hay excelentes profesionales en salud, medio ambiente, educación; muchos de ellos tienen planes que no echan a andar por no compartir sus ideologías con el gobierno actual, por egoísmo o porque simplemente dicen tenerlos y no los tienen y solo aparecen para ganar protagonismo cuando alguien del partido que estuvo 20 años en el poder y no hizo nada bueno quiere sobresalir; otros simplemente no son tomados en cuenta o se sigue con vicios poniendo al frente de Ministerios a gente sin conocimiento del cargo que va a ostentar o se busca asesores que solo saben de dinero para sí mismos y no de beneficios para las mayorías.
Es tiempo de unirnos y luchar por el bienestar de las mayorías, es tiempo de hacer un alto en el camino y ver si jugamos un papel adecuado de apoyo a los más necesitados o si solo ayudamos por ganar protagonismo, saludando con sombrero ajeno, aprovechándonos de los que tiene voluntad de ayudar.
El país, el planeta es de todos y para todos, luchemos por que las generaciones futuras tengan una vida adecuada libre de riesgos; recordemos que desde ayer la lluvia ha cesado, pero los riesgos del país se mantienen y son inminentes, no sabemos cuántas vidas más nos costará.
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