Colaboración Anónima para Tonaca Libre
Si mal no recuerdo era 1974, época de invierno y lluvias torrenciales; allá por septiembre en ese año nos atacó el Huracán Fifí, estábamos en la escuela, yo iba a cuarto grado; el viento silbaba, los arboles casi se doblaban, el famoso palo de mango de la escuela de varones botó casi todas sus hojas, los profesores quizás no magnificaron mucho el fenómeno natural, pues no nos encerraron, para nosotros fue un espectáculo que muchos no comprendíamos, solo era una tormenta muy fuerte.
La cancha todavía no estaba terminada, antes de invierno nos habían llevado al rio, según nosotros a excursión, pero la idea era que cargáramos piedras al regreso y llevarlas a la escuela para hacer la cancha. El encargado principal de las excursiones era el Señor Córdova, un profesor muy querido en esa época.
El invierno fue copioso, los cipotes salíamos corriendo al finalizar las clases, en ese tiempo el desagüe se llamaba así por que era prácticamente eso, un lugar donde el agua lluvia se iba en un tremendo tragante en la esquina cerca donde hoy está un taller y una pupuseria, por La Quercy; este comunicaba mediante tubos dirigiéndose hacia el cementerio, el torrencial era fuerte; hubo una ocasión en que un pequeño, cuyo nombre nunca supe, se acercó demasiado al desagüe y se le cayó el lápiz, intentó recogerlo y lo venció la fuerza del agua arrastrándolo al desagüe hacia una muerte segura, ahogado; los demás se dieron cuenta y gritaron que alguien se había ido al desagüe; había allí un “ángel de la guarda”, me parece que se llamaba Mauricio Elías, le decían “Cachulo”, inmediatamente echó a correr en dirección al cementerio, los demás lo seguimos no por ayudar, sino por curiosidad; este sin importar mojarse, se tiró al suelo en el desemboque de la tubería que estaba como a 50 metros después de “los Morales” y hundió su brazo en el río, esperando que el niño aun no hubiera pasado; Dios le ayudó y de repente lo sujetó de un brazo y lo levantó, sacándolo del agua; el niño lloró desconsoladamente, los demás quedamos admirados, ya no lloraba por el lápiz, lloraba por nuevamente volver a vivir.
Cachulo lastimosamente murió aparentemente tratando de salvar también otra vida; dicen que en un baile alguien le disparó a otra persona, Cachulo se tiró para empujarlo y evitar que le cayera la bala y lastimosamente recibió el impacto en su pómulo, falleciendo rápidamente.
Cachulo era una de esas personas que ya no tenían la edad para el grado que estaba estudiando, pero a el no le importaban las criticas, sino que era más importante su deseo de superarse, para poder ayudar a su familia y para su sustento, hacia pantalones que en ese tiempo eran con manga y ruedo tipo campana; solía usar “overol”.
Si usted sabe el nombre del niño del desagüe, si sabe quién es y donde vive actualmente, cuéntenos, esperamos que nos ayude también en esta historia y de paso, aprovechemos para recordar a Cachulo y a pedirle a Dios por su alma.
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