Fotografía de elsalvador.com

A finales de diciembre salió un reportaje en un canal local donde los periodistas preguntaban a la población sobre la seguridad previa y durante la permanencia del ejercito, para dicho reportaje visitaron a los pobladores de Distrito Italia y Brisas del Norte en Tonacatepeque, cercanas al desvío hacia la Carretera Troncal del Norte, lugar donde el ejercito coloca un retèn y la gente salía apoyando esta medida diciendo que tenían una navidad segura y muy diferente a años anteriores. Comenzó 2010 y comenzaron a incrementarse los asesinatos, esta vez con mayor énfasis en el sistema de transporte, razón que estos han tomado para convocar a acciones para la otra semana, entre ellas la probabilidad de paro nacional; lo que llama la atención es que dentro de los asesinatos se dio la de un joven que fue maniatado y luego metido en una bolsa y que posteriormente fue ubicado a pocos metros del lugar donde este retén se ubica, en la carretera; esto es una clara provocación al ejercito y al gobierno, haciéndoles ver que están preparados para cualquier situación y que independientemente de las medidas que se inicien, los crímenes contra la población continuarán y cada vez peores.
Esto es un mensaje primero a la población que ya tiene miedo, que debe continuar bajo su régimen independientemente de que las autoridades estén cerca, además a los encargados de seguridad nacional haciéndoles ver que tienen también sistemas de inteligencia y hasta infiltración en la PNC, en el mismo ejercito y en otros niveles; un mensaje al gobierno de que no tienen miedo y que para controlarlos debe tomar otras medidas más estrictas, no solo la prevención; si bien esta es importante, seria adecuada solo para aquellos que todavía no entran a maras, pero no afecta a los que ya están mentalmente condicionados a vivir una vida de drogas y violencia.
Se dice todavía que la mayoría de asesinatos, extorsiones y amenazas inician desde las cárceles y que mientras esto persista es difícil minimizar estos problemas, los custodios han aumentado las medidas de registro de personas que han llegado a límites demasiado violadores de derechos humanos cuando a algunas personas se les revisa hasta sus genitales; se sabe que existen dispositivos que bloquean la entrada y salida de llamadas en un radio considerable y que puede usarse en las cárceles, medida que no sabemos por qué no la toma el gobierno, lo cual hasta podría hacer sospechar que dentro de esto hay intereses políticos.
Cuando las amenazas llegan a provocación dando un mensaje de poder, es tiempo de iniciar medidas mayores, tal vez no como las antiguas manos dura y superdura, sino más inteligentes bloqueándoles las llamadas, quitándoles las armas y drogas en operativos, ubicando en buses policías encubiertos, atrapando a los que cobran la renta aunque sean niños (desde ellos se llega a los adultos) y hasta protegiendo a esos niños en el ISNA y otras medidas que los asesores en seguridad deben conocer.
La población grita pidiendo seguridad, las maras gritan que tienen poder y no se detendrán, el gobierno susurra...
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