martes, 23 de marzo de 2010

Tristeza y Vergüenza Universitaria (Parte I)


Por: Francisco Quintanilla
Enviado por la Asociacion General Estudiantil Facultad Occidente AGEFMO/UES


Que toda realidad esté en constante cambio, movimiento y transformación es un precepto basado en la filosofía dialectico materialista, el cual nos indica, no precisamente que todo cambio lleve a estadios superiores de evolución de la realidad natural o social; los cambios también pueden reflejar una especie de involución, es decir, en lugar de ascender se desciende en el nivel de organización de la materia.

La Universidad de El Salvador es una muestra de lo que la involución representa en la transformación de la realidad social; los problemas que esta institución presenta, caso específico de los estudiantes aspirantes a ingresar en ella - que también representa o refleja la involución del sistema educativo nacional - viene a poner entre dicho no sólo la incapacidad de las autoridades de la UES y de su rector para encontrarle solución a los problemas que se generan a partir de la fricción entre lo que se puede llamar capacidad instalada (capacidad que tiene la UES de recibir a determinada cantidad de estudiantes de nuevo ingreso) y la capacidad exigida (todos los aspirantes que solicitan ingresar a la UES), sino que también la incapacidad del gobierno de El Salvador actual como de los pasados gobiernos inmediatos para dar soluciones estructurales a este problema.

Pone en cuestión la capacidad de la UES, porque por medio de su representante máximo individual, su rector, no ha sido capaz ni siquiera de hacer un análisis de que el problema no es un problema cualquiera, que además de ser un problema que la universidad enfrenta y enfrentará cada año sino se plantean soluciones a mediano y largo plazo, es un problema estructural. Sus “análisis” limitados se quedan en decir que la universidad su función es educar y otras instituciones como la Fiscalía y la PNC son encargadas de mantener el orden y restablecer el orden, es decir de “ordenar a los que se han desordenados”.

El rector como conductor de la única universidad estatal de El Salvador, con estos “análisis” lo único que demuestra es por una parte, su incapacidad como académico y por otra, su incapacidad como rector de la máxima casa de educación superior, y como algunos han sostenido se pone en evidencia que este rector es el peor rector que la UES ha tenido a lo largo de su historia, sin capacidad de hablar, de pensar ni de actuar como un auténtico Rector con mayúsculas, es un rector que no tiene peso ni académico ni político a nivel nacional ni mucho menos a nivel internacional.

Este problema, el de los aspirantes de nuevo ingreso, cuestiona a los gobiernos de turno de El Salvador del pasado inmediato, y al gobierno actual, porque como dicta la Constitución de nuestra República de que toda persona tiene derecho a la educación, y no a cualquier educación sino a una educación con calidad.

El derecho a la educación que todo(a) salvadoreño(a) tiene de suyo, no sólo se refiere a la cantidad (a la cobertura) sino que también a la calidad, pero acá en este país ni se cumple la satisfacción de la cantidad de educación, ni mucho menos de la calidad. Sin embargo, hay que reconocer que la cobertura es donde se ha avanzado un poco pero sacrificando la calidad de la educación.

Este último punto, el del sacrificio de la calidad de la educación, puede remitirse a muchos años atrás, pero hay que tomar como punto temporal álgido de este sacrificio en la historia de la educación en El Salvador, el año de 1995 cuando comienza a operativizarse la última reforma educativa y que actualmente continua vigente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En realidad deberia existir de nuevo el ingreso masivo, aunque no se tengan sufficientes pupitres y nos sentemos en el suelo, la seleccion es natural y salen muchos cada trimestre, sobreviven los que quieren salir adelante; como dincen la educacion es un derecho de todos, no debe bloquearse aun por bajas notas, que es una debilidad del ministerio de educacion y la enseñanza basica.