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Las últimas noticias sobre las tormentas tropicales, lluvias aisladas o en forma de temporal y las consecuencias probables en forma de deslizamientos, deslaves, inundaciones y otras nos hacen ver una realidad de nuestro país crítica, riesgosa, de amplia probabilidad de muerte, desolación, penas.
Las políticas salvadoreñas desde hace muchos años han dado más importancia al desarrollo que al ambiente, la destrucción de arboles debido a la necesidad de abrir carreteras, de hacer inmensos centros comerciales de lujo, de hacer hoteles, de abrir carreteras y generar polos de desarrollo, han provocado que debido a que en estos lugares ya no existen sitios para la absorción y filtración del agua, esta corra hacia lugares menos desprotegidos causando los males arriba descritos.
Para el campesino significa pérdida de sus cosechas, que en los periódicos nacionales se mencionan solo cuando son inmensas; pero no se habla de que para un pobre, la simple pérdida de la cosecha en sus patios significa dejar de comer por varios días; para el que vive en zonas de riesgo significa perder sus pertenencias y hasta su casa, tal como las personas cuyas viviendas han sido destruidas al aumentar el tamaño de las cárcavas; el interés se centra en reparar inmediatamente una cárcava cuando sucede en una zona rica, pero en las zonas pobres se les da un poco cantidad de dinero a los habitantes, cantidad insuficiente para adquirir una vivienda similar.
A pesar de que se ha afectado enormemente el ambiente, todavía falta mucho que hacer en esta materia, recordamos aun a los políticos pelear sobre diversas leyes asegurando la derecha que si la izquierda no les aprobaba algunos préstamos, ellos no aprobarían barreras para las zonas que cada año se inundan y hoy son estos mismos políticos quienes usan a los afectados queriéndoles hacer ver un interés falso por ellos para atacar al gobierno en turno.
Muchos nos quejamos de los males actuales, de que el gobierno no hace nada, que estamos mal; pero nos olvidamos que esto no ha sucedido en corto plazo; los males actuales son frutos de semillas sembradas hace varios años, las consecuencias del ambiente, tema que hoy nos ocupa, sucedieron desde el tiempo de la guerra y se agravaron en el período pos guerra, las ideas de expansionismo de propiedades y permisos a constructoras sin adecuados estudios de impacto no son nuevos; el error es cuando estos mismos errores se mantienen y se continúan.
Antes de criticar al gobierno por los males que nos agobian veamos la historia y nos daremos cuenta desde cuando estamos mal; sin embargo debemos reconocer que este gobierno se acerca a sus 18 meses y aun no se ven frutos de su trabajo, que algunas instituciones no arrancan, que algunos (o muchos ) funcionarios del nuevo gobierno no funcionan y que si seguimos al mismo paso, vamos a un futuro aun más lamentable; el medio ambiente nos exige luchar por conservarlo y restituir lo que está perdido o se está perdiendo, los políticos deben buscar el bien común de la nación y enfocar su trabajo en beneficio de los que pierden cosechas, los que pierden casas, en las formas de protección a los más necesitados; los salvadoreños debemos exigir cambios orientados a la preservación de la especie y a un mejor futuro, exijamos la preservación de los mantos acuíferos, la reforestación, mejores condiciones de agua y aire, conservación y rehabilitación de nuestro país.
Es tiempo de rehabilitar nuestro ambiente, es tiempo de evitar más muerte y desolación, es tiempo de asimilar la frase de nuestra oración a la bandera: Patria, en tu lengua armoniosa pedimos a la providencia que nos ampare!
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