El poder de los medios de comunicación y la ingenuidad de los salvadoreños

Los salvadoreños cada vez demostramos que somos fácilmente manejables y que nos cuesta aprender a valorar la información que recibimos, no la analizamos y nos dejamos llevar por la propaganda, los medios de comunicación, por el que tiene más poder para bombardearnos con sus ideas, el que miente más y de tanto hablar mentiras llega un momento en que le creemos y hasta ellos mismos creen lo que dicen. Esta facilidad de dejarnos llevar es lo que permitió que gobiernos de derecha gobernaran durante 20 años, lastimósamente este misma tendencia de dejarnos lavar el cerebro está permitiendo que no analicemos que al momento los últimos sucesos acaecidos en el país, tales como el reciente paro al transporte, fue maquinado por mentes que pretenden desestabilizar al gobierno y aprovecharse del temor para que todos estemos en su contra y en las próximas elecciones hagamos nuevamente ganar a la derecha poderosa o por aquellos que pretenden imponer una situación de temor para mover el narcotráfico en nuestras carreteras y fronteras. El Gobierno tampoco se da cuenta y se deja llevar por los que antes, cuando fueron oposición, siempre estuvieron en su contra y los difamaron.

Durante la pasada guerra que le costó tanto dolor al país, los medios de comunicación nos hablaban de actos heróicos por una parte y de actos de destrucción por otra; el conocimiento y la forma de vivir la guerra de cada persona la llevó a conocer parte de la realidad y así tomar decisiones en un sentido u otro; durante estos 20 años de gobierno de derecha, los medios de comunicación nos bombardearon de información, de políticas favorables a los pobres, de bonanza que nunca llegó y en las campañas electorales quienes tenían más dinero para propaganda después de tanto repetirnos sus mentiras nos hacían creer en ellas y lograron que el pueblo se volcara en su favor favoreciéndoles con sus votos, que fueron aumentados por actos de ilegalidad que nunca fueron denunciados.

Fueron suficientes años para conocer lo que los medios de comunicación son capaces de hacer, fue suficiente tiempo para que nos dieramos cuenta si podíamos confiar en ellos, si tomabamos sus comunicados al pié de la palabra para aceptar a ciegas lo que ellos dicen o reconocíamos sus comunicados como medias versades o hasta como mentiras; nosostros preguntamos, ¿Confía usted plenamente en todo lo que en la televisión y los periódicos le comentan?. Cualquiera sería capaz de contestar inmediatamente que no, que analizamos la información, que primero tratamos de conocer la verdad y luego juzgamos, pero esto no es cierto, seguimos siendo manejables, incluso peca el mismo gobierno en este sentido.

Esto es lo que ha pasado con el Sacerdote Antonio Rodríguez, a quien le manipularon la información en los medios televisivos, uno de los canales lo catalogó como vocero de las maras y de tanto mencionar esta frase la mayoría de los salvadoreños que no lo conocemos lo hemos catalogado igual, pedimos que le quiten la nacionalidad, que lo echen del país, que la iglesia lo expulse. Hoy les preguntamos, ¿conoce usted al Padre Antonio y todo lo que ha hecho en El Salvador en su corta vida como sacerdote y su poco tiempo en el país?. Probablemente la mayoría nos conteste que no; nosotros no le conocemos mucho, pero de algunas cosas sí nos hemos enterado y queremos que usted las conozca.

El Padre Antonio Rodríguez está destacado en Mejicanos, vive en una zona pobre, no tiene lujos, es una persona con gran sensibilidad social, seguidor de Monseñor Romero, incansable luchador a favor de la justicia, una persona que busca la paz y que por sus dotes había sido considerado para pertenecer a la Asociación ProBúsqueda, propuesto por varias organizaciones sociales. Entre las actividades que realiza están muchas orientadas a rehabilitar a personas de diferente estatus, algunas en drogas, maras, pobreza extrema, personas desvalidas que nuestra sociedad y la falta de oportunidades y programas preventivos de parte de las autoridades no les permite sobresalir; en otras palabras está haciendo obras de beneficio social que debería realizar o al menos apoyar el gobierno central.

Como persona es un ser humilde, de muchos valores, de profunda espiritualidad y que cada vez que ofrece una homilia muestra el amor a Dios, al prójimo, al que lo necesita; si usted se acerca a escuchar uno de sus sermones, se dará cuenta de la gran sensibilidad hacia los pobres, hacia los que la sociedad desecha, hacia los que no tienen nada. Este sacerdote es criticado por que no le conocemos, pero lo peor de todo es que le hacemos caso al que sí conocemos y sabemos que siempre nos ha engañado, al que manipula la información, al que no tiene ética para manejar las cosas, al poderoso medio de comunicación que muchos han llamado uno de los grandes poderes de la nación.

Los salvadoreños hemos sido injustos con este hombre de Dios, con esta acción somos los que pedimos la crucifixión de Cristo y apoyamos a Barrabás, los que tiramos la primera piedra y seguimos lanzando otras sin investigar la culpabilidad del acusado, los que escupimos hacia el cielo.

El Presidente Funes actuó de forma insensata y hasta arrogante ante el Padre Antonio, quienes piden su cabeza son los que no se han interesado en conocer sus pasos y su actuar, los que criticamos sin saber sus razones, los que no conocemos sus sentimientos reales; la Iglesia trata de defender su posición, pero al mismo tiempo habla de analizar si procede sancionarlo, como si el hecho de pedir justicia y dialogo fuera un pecado; la sociedad lo está juzgando sin conocerle, sin analizar, dejándose llevar por quien miente.

Sugerimos a usted que antes de seguir criticando a este hombre se tome un poco de su tiempo y lo conozca, solo así sabrá entenderlo; no le pedimos que analice e investigue a los medios de comunicación, estamos seguros que ya los conoce a cada uno y sabe si puede confiar en ellos.

Padre Antonio, como usted dijo, no necesita estar en una comisión para trabajar por las víctimas, eso usted siempre lo ha hecho, no necesita un envestimiento del Presidente para ser justo, es el gobierno el que necesita aprender a serlo; como usted dijo, invita a cualquiera a investigarlo y a vivir incluso con usted; esto no cualquiera puede hacerlo, el Presidente ya aprendió a vivir de lujos, los políticos, fiscales y otros que quieren juzgarlo no podrían pasar un solo día fuera de sus casas de cristal; ojalá todos aprendamos a conocerle y reconocer las razones que lo llevaron a hacer lo que hizo, ojalá no sea castigado injustamente, ojalá no se vaya de este país que necesita mucha gente como usted.

Padre Antonio Rodríguez, queremos darle las gracias por su labor pastoral al servicio de los más necesitados y le pedimos humildemente que acepte nuestras disculpas por también haberlo juzgado mal sin conocerle.