sábado, 19 de septiembre de 2009

Un circo que en lugar de reír... hace llorar...


Un circo, por definición, es un espectáculo que generalmente incluye acróbatas, payasos, y algunas veces, animales entrenados entre otros actos.

En El Salvador existe un lugar que reúne dichas características, llamado regularmente Asamblea Legislativa, en este lugar hay variadas funciones, entre ellas muchas parecidas a las que llevan aquellos que tienen carpas y se presentan en los pueblos; a veces funciones en las que la gente ríe al ver pleitos de señoras generalmente menopáusicas y algunos hombres que a veces no hacen gracia y que creen que se ganan a la gente ofendiendo a su contrincante; algunos que son contorsionistas y se escabullen entre políticas y decretos logrando meter siempre sus “manitas” u otras partes del cuerpo, pero lo que menos meten es su cerebro; existen desde fuera aquellos que tienen a su cargo animales entrenados para que hagan lo que ellos quieren en su circo, los hacen que suban las manos o toquen botones que ellos deseen cada vez que se los ordenan y por cada vez que hagan lo que se les ha enseñado les dan un premio que generalmente los hace responder con mucha emoción, similar a una caricatura en la que a un perrito le daban una galleta y hasta volaba de alegría.

En este circo desde la legislatura anterior se debía elegir a un fiscal, pero no lo hicieron, debieron realizar muchas funciones, escogían 80 personas y creían que la gente disfrutaba viendo que de esas 80 personas ninguna reunía los requisitos; siguió la nueva legislatura haciendo lo mismo, el circo de esa forma mantenía más audiencia, lastimosamente estos no reían, sino que se enojaban diciendo que eran actores que a pesar que se les paga bien, no actúan devengando lo que se debe, a veces se iban de vacaciones sin haber realizado su trabajo, otras veces hacían componendas y querían demostrar que las decisiones que tomaban eran rápidas y lo demostraban cuando decidían hacer “puentes” para aumentar días de descanso, hoy salen de forma rápida y sin pleitos se incrementan el presupuesto, pues quien sabe en que se benefician.

Las funciones con el acto llamado “elección del fiscal” nunca daban fruto, así que tuvo que llamarse a titiriteros que lograran que todas las marionetas buscaran en el mismo acto el mismo objetivo, levantar todos la mano al mismo tiempo, cosa que algunas veces cuesta; lastimosamente en dicho circo tuvo que entrar como titiritero hasta el presidente de la compañía, que se dejó llevar por el entrenador del otro circo que siempre busca beneficiarse de sus acciones para ganarle la audiencia o lograr mecanismos que le permitan a él y a sus socios ganar más dinero, negociando que se haga nuevamente el acto y se elija un actor que solo beneficie a pocos, que se haga de oídos sordos y que inicie prometiendo mucho, aunque al final sean solo un acto llamado “palabras, palabras”.

No queremos semejar este acto, aunque se parezca, con lo pasado actualmente, el Presidente Funes se sentó a negociar con Cristiani, diputados de ARENA y representantes de otros partidos y luego de 5 meses sin elegir fiscal, hoy salen que en una sola sesión se ponen de acuerdo y eligen a alguien con larga trascendencia en gobiernos areneros, que estuvo a la par de fiscales muy cuestionados como Belisario Artiga y Garrid Safie; esto lo que significa, quizás, elegir el menos malo de la derecha y negociar un puesto por alguno que otro acuerdo político. Bonito circo el que han estado realizando, circo en el que lastimosamente hasta el Presidente ha actuado y ha permitido que la irresponsabilidad de los diputados los lleve a tomar decisiones que podrían ser erradas y de graves consecuencias.

Hubiera sido mejor dejar que una lista de jueces notables eligiera al fiscal o que se hiciera una elección popular entre el gremio al que este pertenece, quizás sería mejor que se modifiquen las leyes y se evite que los políticos elijan a representantes de organismos o dependencias que debe ser apolíticos; quizás sería importante que cada vez que los diputados no cumplan con su obligación en el tiempo oportuno, que igual que al trabajador común se le descuente, se le sancione y de ser posible hasta se le destituya de su cargo; lástima que se tuvo que montar un mal circo para llegar al final a más de lo mismo, ojalá que al final como en un buen circo todos terminemos riendo y salgamos felices, de lo contrario a todo el pueblo salvadoreño nos tocará llorar, ojalá no sea así.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ay los diputados, siepre meten la pata