Los periódicos de mayor circulación nacional, las televisoras y los medios de radio a través de sus asociaciones y gremiales de periodistas, durante la campaña electoral recién pasada en El Salvador trataban de intimidar a la gente a votar por Mauricio Funes y el FMLN debido a que ellos manifestaban que se perdería la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de culto, entre otros; nos dejaban hasta hastiados de tanto anuncio y queja debido a lo que ellos llaman atentados contra la libertad de expresión por el cierre de una televisora en Venezuela y semejaban dicho cierre con el futuro del país; por otra parte, tendenciosamente presentaban argumentos sobre la forma como algunos gobiernos trataban sus problemas internos y la persecución a la que se veían expuestos los opositores a los gobiernos; celebraron el famoso golpe de estado a Hugo Chávez, haciéndolo ver como algo lógico y un paso a la democracia.
Posteriormente se dio el golpe de estado en Honduras, los mismos medios no dijeron nada y comenzaron a presentar en sus programas, periódicos y radios noticias que manifestaban solo el apoyo de la gente a los golpistas, minimizaron el impacto de los grupos militares contra la gente que protestaba, los atropellos a la integridad de niños, mujeres y ancianos, la alta cantidad de prisioneros, los heridos, los muertos, el uso de armas ilegales; presentan en sus medios a la gente que no es pobre queriéndose pasar por pobre y apoyando a Micheletti, algo semejante a la cantidad de señoras que una vez salieron en los medios nacionales golpeando sus cacerolas con sus cucharones ya en desuso o aquella otra marcha en la que toda la gente que la había promovido iba en sus carros y la gente engañada pobre iba a pie.
Hoy en Honduras se cierran los medios de comunicación, se han cerrado 2 televisoras y ayer se cerró una estación de radio y aquí no pasa nada, los periodistas salvadoreños y las asociaciones de periodistas latinoamericanos no se han pronunciado, eso para ellos, cuando les conviene, es algo normal, eso es algo que al momento no interesa, eso no es un atropello a la libertad de expresión; de la misma manera no dicen nada por que se prohíben las marchas por decreto, por que se encarcela al que apoya a Mel Zelaya, por que se calla al que desea libertad.
Estamos ante una alta cantidad de hipócritas que gritan y vociferan solo cuando les conviene, similares a aquellos farsantes que en la Asamblea Legislativa, lugar donde se han maniobrado cantidad de decretos contra la población, elevaban sus gritos y entraban en éxtasis con biblia en mano exigiendo a sus opositores votar por lo que ellos desean solo por agradar a la gente, no por convicción; son aquellos que van a misa o a cultos solamente cuando hay actos públicos o cuando quieren ganar votos, aquellos que fueron a catedral para ordenar al nuevo arzobispo de San salvador y se negaron a aplaudir cuando se mencionó a Monseñor Romero, aquellos que en esos momentos se mordían los labios de rabia para no gritar consignas de muertes y tumbas para opacar el nombre del arzobispo mártir.
¿Qué podemos esperar entonces de los medios de comunicación nacional?… pues nada, debemos empezar a leer entre líneas, a ser más analíticos de la realidad nacional, a no dejarnos engañar, a no echarle la culpa al que no la tiene, a determinar la raíz de los problemas y como surgieron, a ayudar en el cambio que cada uno de nosotros quiere, a denunciar a aquellos que estén haciendo las cosas mal, aunque sean parte de la izquierda, a mirar hacia adelante y ver en el futuro lo que queremos para los niños, en educación, en salud, en justicia social, en servicios básicos, en vivienda, en desarrollo.
No nos dejemos engañar, no compremos periódicos que solo dicen mentiras, que no son éticos, que engañan a la gente, que atacan al justo, que le echan la culpa de los problemas actuales al gobierno y se olvidan que estos problemas no existían 20 años antes.
La realidad debemos analizarla de forma concienzuda, la comunicación es importante, denunciemos el atropello a los medios de comunicación en El Salvador y en Venezuela si son ilegales, pero también en Honduras, exijamos que se promuevan los valores y que los diputados consideren el llamado y la voz de la gente, solidaricémonos con los hermanos hondureños y ante el cierre de emisoras y canales de televisión, seamos la voz de los que ahora les callan la voz.
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